20 de noviembre de 2009

Mi ciudad


Por: Enrique Medel Bolaños*
Fotos: Itzel Romero Rosales


La gran Tenochtitlan, el ombligo de la Luna, sin duda alguna una de las ciudades más hermosas del mundo, celosamente custodiada por la Sierra de Guadalupe, la Sierra del Ajusco y testigo del intenso romance entre el majestuoso Popocatepetl y la bella doncella Iztaccihuatl. La grandeza de su historia, la Conquista, la Independencia, la Revolución; lo imponente de sus palacios y monumentos; la tradición de sus barrios, Coyoacán, San Ángel, Tlalpan; todo esto y más hace que su gente se sienta orgullosa de decir: “yo vivo en la ciudad de México”.


Realmente podría escribir páginas enteras describiendo cada calle, cada rincón, cada construcción, cada leyenda y cada uno de los elementos que hacen de mi ciudad una de las más lindas, sin embargo, me duele decir que no ha escapado a los efectos del crecimiento demográfico. Siendo el centro económico y financiero del país, han llegado a ella un sinnúmero de inmigrantes de la provincia en busca de una oportunidad de empleo.

Con sus más de veinte millones de habitantes en la zona metropolitana, la ciudad de México es también una de las más pobladas y, pese al gran número de seres humanos que vivimos en ella, paradójicamente ha perdido su sentido humano: la hemos convertido en una verdadera selva de asfalto en donde prevalece la ley del más fuerte.

La velocidad con que se vive a diario, el estrés, la violencia, la delincuencia, la situación política y económica, entre otros factores, nos han hecho seres insensibles a lo que sucede a nuestro alrededor y solamente catástrofes como el terremoto de 1985 han logrado que reaccionemos y nos detengamos a reflexionar; pero al cabo de unos meses y sin darnos cuenta ya estamos inmersos de nuevo en la misma situación: nos hemos vuelto indiferentes y apáticos.

Pero no es lo único que se ha perdido, el impresionante crecimiento ha traído también una excesiva explotación del subsuelo, al levantar miles y miles de casas, edificios y construcciones como puentes, distribuidores viales y las numerosas líneas del Sistema de Transporte Colectivo (Metro), hemos alterado nuestro suelo provocando hundimientos, baches, hoyos y banquetas con diferentes alturas.

Quizá no parezca algo muy relevante o de gran importancia. Cierto, ese era mi sentir hasta hace unos años, hasta que un día me dí cuenta que mi realidad sería vivir lo que me resta sentado en una silla de ruedas, y bueno, por supuesto no me voy a quedar detrás de una ventana a ver la vida pasar; afortunadamente soy una persona que le encanta ir de aquí para allá.

La necesidad de transportarme me ha hecho cliente número uno de los taxis con el alto costo que esto conlleva: varias veces i ntenté utilizar otros medios de transporte como el Metro, camión o microbus y, si bien no es imposible, sí es muy difícil llegar a un destino en el que tienes que pasar por dos o tres rutas de un transporte totalmente inaccesible.


En estos 12 años que han pasado desde mi accidente y que he tenido que moverme sobre mi silla de ruedas, me he encontrado con muchas situaciones que a veces hacen pensar ¿qué hemos hecho de nuestra ciudad? Como cuando te ves obligado a bajar de las aceras por que están invadidas de vendedores ambulantes o encuentras una rampa que tiene como adorno una alcantarilla en medio o ¿qué tal cuando subes una rampa para llegar a la siguiente esquina y darte cuenta que no hay una rampa para bajar?

Después de esto ¿qué debo hacer?, ¿regresar a casa y esperar a que algún día esto cambie? Desafortunadamente la gran mayoría de las personas usuarias de silla de ruedas viven en el encierro; ciertamente la inaccesibilidad de la ciudad no es la principal ni la única causa de ello, pero si existieran la condiciones propicias, estoy seguro que sería tan común ver personas en silla de ruedas como personas a pie por las calles del Distrito Federal.


No sólo es mi deseo, sino también mi derecho poder salir a disfrutar de mi ciudad: he dejado de salir a bailar por las noches, no por que no pueda o por que me avergüence hacerlo en mi silla, sino por que los salones o lugares de baile no cuentan con las condiciones necesarias para recibir a personas en silla de ruedas, lo mismo pasa con algunos teatros, cines, museos y otros lugares de esparcimiento y cultura.

¡Qué rico poder ir al centro de Coyoacán a disfrutar de una deliciosa nieve o un elote lleno de mayonesa y queso, curiosear las artesanías, reír con el mimo o el merolico! Esto es algo que me encanta y que también se ha vuelto complicado, lo disparejo de sus adoquines, la falta de rampas y la gran cantidad de autos estacionados en los alrededores son un reto para mi silla de ruedas.

Los paseos dominicales en avenida Reforma son el pretexto perfecto para que las personas con discapacidad y, sobre todo, las que usamos sillas de ruedas, nos apropiemos de las calles y de su arquitectura perfectamente inaccesible. Si bien es cierto que el Gobierno del Distrito Federal realiza estos paseos para los ciclistas, la avenida luce más alegre cuando entre tanta bicicleta aparecen las sillas de ruedas, teniendo cabida más que nunca la frase “La ciudad es de todos y para todos”.

Lo anterior no es una utopía, por el contrario, con el apoyo de amigos, compañeros y de la Fundación Humanista de Ayuda a Discapacitados (FHADI), I.A.P., a la que orgullosamente pertenezco, he creado “Un domingo sobre ruedas”, una convivencia a la que están invitadas todas las personas que usan silla de ruedas, pero también aquellas que, por un día, por un instante, quieren ponerse en nuestro lugar y sentados en una silla recorrer el Paseo de la Reforma.

Es así como cada dos meses en punto de las nueve de la mañana comienzan a aparecer sillas de ruedas en torno del Ángel de la Independencia, y ya una vez agrupados partimos en busca de El Caballito, platicando, jugando, admirando edificio y monumentos vamos avanzando por los carriles centrales con el único impulso de nuestros brazos. Al final habremos regresado al punto de partida satisfechos por hacernos visibles a una sociedad insensible, una ciudad que nos excluye con todas sus barreras físicas, sociales y culturales.

* Contador público, vive con una discapacidad motriz por un accidente automovilístico ocurrido en mayo de 1997. Ha sido beneficiario de la Fundación Humanista de Ayuda a Discapacitados (FHADI), I.A.P., desde 2005. Está a cargo de las relaciones institucionales de dicha organización desde 2006.




19 de noviembre de 2009

Bicis fantasma recorren la ciudad*

http://www.cdhdf.org.mx/index.php?id=dfenov09VanessaJob


Por: Vanessa Job**

Fotografías: Eduardo Lazo/emeequis

Cuando se monta en bicicleta, los pies del ciclista dejan de tocar el piso. Se avanza como suspendido en el aire. Comienza el vuelo y las bicis flotan a ras del suelo. Cuando las bicis son fantasmas, su altura sobrepasa a los autos, usan los toldos como el pedazo de asfalto que les negaron. Se deslizan sin más temor a los autos y los camiones. Bicis fantasma han comenzado a poblar las calles de las ciudades mexicanas luego de que nacieron y se multiplicaron en Estados Unidos y otros países. Han llegado aquí por las peores razones: porque cada una recuerda a un ciclista que ha muerto atropellado.

Óscar se despidió de Liliana con un beso apurado. Se le había hecho tarde. Había apagado el despertador por las ganas de seguir entre sueños. Se supone que debía estar en el trabajo a las nueve, pero a esa hora todavía estaba acurrucado con su pareja. Habían iniciado su relación hace año y medio y apenas tenían seis meses viviendo juntos en la colonia Portales. Así que entre ellos todo era aún de color pastel, como las ilustraciones que ella hacía profesionalmente para vivir. Ese día era cumpleaños de la hermana de Liliana. Irían a brindar con ella. Se citaron a las ocho de la noche afuera del Metro. Él no podía saberlo todavía, pero ella no iba a llegar.


El 15 de mayo pasado, Liliana Castillo Reséndiz pedaleaba la bici de Óscar por avenida Universidad hasta que topó con el cruce de la calle Mayorazgo. Intentó cruzar por encima de las cebras blancas, pero los autos parecían una manada histérica que corría como si el pavimento les quemara las patas.



Mauro Gerardo Martínez Toussaint de 23 años iba en la manada; conducía un auto Matiz. Sin mirar y a exceso de velocidad, le pegó de lleno a la bici de Liliana y siguió apretando el acelerador contra el cuerpo de la joven, que tenía su misma edad. El auto giró hasta quedar volteado y el cabello negro de Liliana quedó enredado en las ruedas de la bici, su pierna rota y su cráneo seriamente lastimado. Llevaba identificación oficial, pero ingresó al hospital Xoco en calidad de desconocida. Su familia tardó más de 24 horas en encontrarla; aún estaba con vida.

La muerte no la tuvo fácil. Luego de siete días de terapia intensiva, el calendario marcaba el 22 de mayo. Un sismo de 5.9 grados en la escala Richter sacudió a la ciudad de México a las 2:24 de la tarde. Irónicamente, Lili como la llaman sus amigos, nació en 1985, el año del sismo en las faldas del Cerro del Chiquihuite. La Tierra con una sacudida grande la trajo al mundo y con otra se la llevó.

Óscar Pereyra regresó a casa y no en contró a Liliana. Ya no escuchó la música a todo volumen de Patti Smith, Luca Prodan, Leonard Cohen o Tom Waits. No la vio más trabajar en sus dibujos, montada en la silla color rojo y en el escritorio sobre el que diseñó unos cuentos para niños que fueron reconocidos por el Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes). Terminaron los días en que Liliana salía en su bicicleta hacia la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), en donde estudiaba su segunda carrera, esta vez para ser actriz. Con el corazón sin modo de reversa, Óscar no supo qué hacer y se puso a escribir:


"A veces pensamos que los accidentes están lejos de la probabilidad, que no se nos acercan; pensamos estar seguros de por vida. Lamentablemente, y de repente, la verdad nos sacude y nos tira al suelo. El cuerpo de Liliana cayó, mas su espíritu por ahí anda de seguro libre. […] La vida para ella era un juego: ir por huevos, por ejemplo, diversión; caminar a altas horas de la noche riéndonos a carca jadas y besándonos; la sangre hirviendo, el fuego por todas partes. Éramos vagos los dos, sin miedo al futuro. […] Podías, junto a ella, dejar el miedo en tu casa, ponerte los ojos de la sorpresa y des cubrir la belleza en todas las cosas, inclusive hasta en las cosas más feas".

Embrujada la chica, con sus dedos de rama, dibujando la belleza de sus días en finos, cautelosos y detallados trazos. Em brujada la casa, cada segundo del minuto, embrujada la vida. Con ella, el tiempo hacía las maletas y se iba de tu vida. Pero ella se fue de mi vida y ya no tendré esa carne y esa sonrisa mañana.

Antes de cerrar el archivo donde le escribió a Liliana,Óscar se lo envió a los amigos. De correo en correo, la noticia llegó hasta los ciclistas de la ciudad de México y a los miembros de Bicitekas, A. C., que pensaron en impulsar las bicis fantasma para honrar a los ciclistas y darle alas a las máquinas aplastadas.

Las bicicletas fantasma que circulan por la ciudad son un monumento a la memoria de los ciclistas atropellados mientras rodaban en las calles. La primera apareció en Saint Louis, Missouri, en 2003, y desde entonces el movimiento se ha extendido por 80 ciudades de diferentes países, como Australia, Brasil, República Checa, España, Hungría, Irlanda, entre otros.

Los ciclistas pintan de blanco fosforescente la bicicleta y la fijan al sitio en donde sucedió el accidente. La idea es que las personas que transiten por ahí sepan que un ciclista murió en ese lugar, aunque el principal objetivo es demandar a los gobiernos mejores condiciones para las y los ciclistas. La primera bici fantasma en México fue la de Liliana y apareció el 10 de junio de 2009.


La gente que ama la bici suele reunirse a las nueve de la noche en el Ángel de la Independencia cada miércoles para dar un paseo por la ciudad. En esa ocasión cientos de personas llevaron flores blancas, veladoras, globos. Prendieron las luces intermitentes de sus bicis y se encaminaron hasta el lugar del atropellamiento en avenida Universidad.

Armando Roa armó un collage con imágenes de accidentes de bicicleta. Su idea era mostrar que en esta ciudad –tan enferma de autos– estamos sometidos a un bombardeo, un ataque descarado a la población civil, a los peatones y a los ciclistas. La única diferencia es que aquí las bombas son los automóviles. Un familiar de Liliana tocaba música con sabor a blues. “Aquí me quedo entonces arriba de mi bici, mientras sigo imaginando, salto y zigzagueo la ruta con el alma pedaleando”, recitó Nancy Salcedo, integrante de Bicitekas.

Tocó el turno a Rodrigo Solís: “La señora salía del tra bajo y está trabajando el taxista. Yo sólo paseo, paseaba… pensando cuánta gente muere asesinaba por buena gente, gente que pensaba, que pasaba…”. Amarraron a un poste la destellante bici fantasma con dos fotografías de Liliana como a ella le hubiera gustado verse: con esos ojos grandes a los que Óscar describe como los de un venado, y metida en una carpa de teatro.

Desde ahí, mira incisivamente a todos los que pasan por el cruce y por unos instantes dejan su trance de automovilistas para mirarla un poco. Todos los ciclistas escribieron con plumón negro pensamientos para la joven, que tenía auto, pero era más feliz en bici. “Pedalea por siempre”, se lee en el manubrio. Los mensajes escritos con plumón empiezan a sucumbir ante la insistente lluvia, pero acompañan a la bici fantasma. Ahí, junto a ella, quedó la vida de Liliana.

“Demandamos respeto. Estamos haciendo un gran esfuerzo por hacer una ciudad más amable, por mejorar la vida de todos lo que vivimos en ella, la calidad del aire”, dice Areli Carreón, presidenta del consejo directivo de Bicitekas.

Según esta organización, 126 personas fueron golpeadas por un automóvil en el Distrito Federal en 2007. A dos años de la puesta en marcha del Plan Verde, cuya meta es lograr que 5% de los viajes en la ciudad de México se realicen en bicicleta, los ciclistas urbanos aún son víctimas de diversas agresiones por parte de automovilistas.

Óscar, músico y novio de Liliana, creó la Fundación Liliana Castillo, con la que se buscará publicar la obra de la corta vida de su pareja. Pide que “la gente que conduce se dé cuenta de que los que andamos en bici no somos unos locos, tarados o jodidos; que somos igual que ellos, de carne y hueso, somos vulnerables y merecemos respeto”.

“Los ciclistas urbanos estamos poniendo nuestro granito de arena para mejorar la caliadad de vida en la ciudad y para actuar contra el cambio climático; sin embargo, somos víctimas de insultos y agresiones a veces fatales por parte de los automovilistas”, denuncia Mariana Sánchez a nombre de Biciellas.

Bajo un cielo de ensueño, allá fue a dar Estela. Dicen que mientras bajaba por la pendiente del puente gritó que no podía frenar la bici azul. El aire agitaba su cabello y no sabía cómo controlar la Benotto que le habían prestado en una de las biciestaciones del Gobierno del Distrito Federal. Junto con un amigo había tomado la ciclopista y cruzado el i nclinado puente por encima del Periférico que une la primera con la segunda sección del Bosque de Chapultepec. Utilizaba el casco reglamentario, pero de poco le sirvió porque al descender del puente la velocidad aumentó rápidamente por lo pronunciado de la pendiente. Se impactó de lleno contra un auto Toyota Corola que iba circulando.

La puerta del auto quedó abollada y el parabrisas estrellado. Ahí quedaron los sueños de una joven de 18 años que usaba la bici como diversión. El 20 de junio quedó marcado en la vida del padre de la ciclista. “¡Un coche mató a Estela!”, avisó por teléfono celular a otros familiares. De cuclillas, viendo el delgado cuerpo de su hija, encontró en el suelo la cadena de plata con el dije en forma de luna que usaba Estela. Según la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, la automovilista Ivonne Taodi Estefano, de 51 años de edad, fue detenida y remitida ante el Ministerio Público. Areli Carreón explica:

Este puente es una infraestructura peatonal de la década de los cincuenta y es claramente inadecuada para el tránsito en bicicleta. De acuerdo con manuales de construcción i nternacionales, la pendiente no debería superar 5 por ciento de i nclinación, además de contar con una barrera física para proteger a los usuarios. El puente en donde ocurrió este accidente tiene una pendiente promedio de 30 grados y no cuenta con barrera física protectora, pero además desemboca directamente sobre la lateral del Periférico, en donde los autos circulan a alta velocidad. Ninguna señal alerta sobre este peligro y era obvio que un accidente así podía ocurrir.


"[…] Le hemos solicitado al gobierno del DF en repetidas ocasiones que corrija los defectos de las ciclopistas. No hemos sido escuchados. Nos preocupa que, como resultado de la promoción del uso de la bicicleta y la popularidad que está ganando este vehículo, más ciclistas novatos puedan perecer al usar una infraestructura inadecuada".

Esa fue la segunda bici fantasma que existió en México. Los ciclistas y los Bicitekas se reunieron de nuevo para hacer un llamado de atención. Fue el domingo 19 de julio pasado. Miles de personas estaban en las calles disfrutando el cada vez más concurrido ciclotón. La procesión luctuosa en honor de Estela fue sumando gente conforme avanzaba por Paseo de la Reforma. Esta vez, los activistas fueron más allá. Luego de avanzar un tramo, se dejaban caer de sus vehículos de dos ruedas al mismo tiempo, como si hubieran sido atropellados. Uno, dos, tres, 40 niños, mujeres y hombres tirados a lado de sus bicis en plena calle.

Los paseantes los veían asombrados. Esta estrategia–un performance de nombre Die in– fue creada por los ciclistas de San Francisco, en Estados Unidos, para protestar por las muertes. Los ciclistas traían en una bicicleta de carga la bici fantasma de Estela y gritaban que la llevaban porque la habían atropellado. Llegaron al lugar del accidente y simbólicamente clausuraron el puente y montaron la bicicleta fantasma.



“Es urgente que las secretarías de Transporte y de Seguridad Pública intervengan para garantizar la seguridad de los ciclistas que usamos las vialidades del DF. La bicicleta no es sólo un vehículo recreativo y deportivo para el ciclotón o los cierres dominicales: es un medio de transporte sustentable que debe ser contemplado en el Plan Integral de Transporte y Vialidades de la ciudad”, dice Areli.

 El oficial de policía en bicicleta Ignacio Santiago Martínez hizo el habitual rondín por la colonia Hipódromo Condesa la noche en que iba a morir. Se levantó a las 4:30 de la madrugada, se despidió de Ángel, su bebé de dos meses; de su hijo Cristian, de dos años, y de su esposa Zenaida.

Llegó puntual a su trabajo a las seis de la mañana, después de tomar dos peseros desde Ecatepec, en el Estado de México. Era el 18 de julio y ya i ba a terminar su jornada cuando una joven y su amiga pidieron apoyo. Tenían un problema de copas. El novio de una de ellas había bebido demasiado y estaba necio en manejar. Pidieron a los policletos que les ayudaran a controlarlo.

El oficial Martínez y su pareja Israel González Martínez descendieron de sus bicis. Intentaban someter al novio, cuando Jaime Velásquez Aguillón los impactó a toda velocidad con su Pointer gris. Esa noche Jaime, de 39 años, mató al oficial Martínez, dejó huérfanos a dos niños, viuda a Zenaida y lesionó a otros dos oficiales y a tres civiles. El oficial González no encontraba a su compañero, hasta que lo vio debajo de las llantas del auto. Lo había arrastrado alrededor de 100 metros. Falleció a los 26 años.

Los ciclistas se reunieron una vez más en el Ángel de la Independencia. Eran más de cien y estaban indignados por tener que colocar en menos de tres meses la tercera bici fantasma. Primero la de Liliana, quien la usaba como modo de transporte; luego la de Estela, que la utilizaba para divertirse, y ahora la de un policía que la usaba como medio de trabajo. Incienso, flores, veladoras y un concierto de campanitas de bici para recordar al oficial caído. Todos se quitaron el casco. Estaban presentes los policletos de la zona y la familia.


Fijaron la bici blanca a un árbol cerca del lugar del accidente; le colocaron una cinta que dice “Prohibido el paso” y una figura prehispánica con incienso para que lo acompañe. Uno de los asistentes rezó por el comandante Martínez y porque se proteja a todos los ciclistas. Zenaida no dejó de arrullar al bebé todo el tiempo. Lo apretaba duro contra el pecho y le pedía a Dios que le dijera a su esposo que los cuidara desde el cielo. No podía asimilar que él ya no estuviera, que ya no le pediría por las noches que le preparara de cena las enchiladas que lo enloquecían.

Al momento de su muerte, el oficial Martínez se encontraba muy entusiasmado con el trabajo. Tenía el proyecto de construir una casa en Veracruz, donde se conocieron él y su esposa, y dejar de pagar los 700 pesos de renta que le costaban tanto. Ella no trabaja y no tiene claro cómo se las va arreglar. Para el velorio los compañeros de Santiago cooperaron para las veladoras y el café. Frente a la bici fantasma se podía ver a los policletos subidos en sus bicis, sin calcomanías antirreflejantes, sin luces. Apenas llevan su casco, que a veces se ponen al revés.

—Ignacio Santiago Martínez —rompía una voz a cuello la oscuridad.

—¡Presente! —gritaron a coro tres veces.

Una trompeta, nada de sonrisas y la bici fantasma alumbrada por la luz del farol. La medianoche acechaba.


* Reportaje publicado en: revista emeequis, 28 de septiembre de 2009, pp. 37-42, México. Agradecemos a la autora y a la revista la autorización para la reproducción de este material. Véase http://www.m-x.com.mx/.
** Periodista, licenciada en ciencias de la comunicación por la Universidad Intercontinental.





18 de noviembre de 2009

Mapas de georeferenciación: herramienta para la investigación y seguimiento de quejas





Con el fin de identificar problemáticas particulares sobre derechos humanos en cada una de las 16 delegaciones, así como de ofrecer material estadístico para la orientación de políticas, planes y programas que garanticen una mayor defensa al respecto, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) incluyó en su sitio web el mapa de la georeferenciación de quejas presuntamente violatorias de derechos humanos.


Bajo un enfoque del desarrollo multidisciplinario y el aprovechamiento de nuevas herramientas tecnológicas, la georeferenciación de las quejas presuntamente violatorias de derechos humanos es una herramienta que apoyará la defensa de los derechos humanos en la ciudad de México. En los mapas se ubican los sitios por delegación en donde de forma recurrente ocurrieron la presuntas violaciones, según lo manifestaron las peticionarias y los peticionarios, como “el lugar donde ocurrieron los hechos motivo de la queja”.

Así se identificarán problemáticas particulares en la geografía de la ciudad de México, lo que permitirá orientar políticas, planes y programas acordes con las características de cada demarcación en pro de un mayor alcance en la defensa de los derechos humanos.


A nivel institucional, este avance ha sido posible gracias a las mejoras implementadas en los sistemas informáticos y los procedimientos de alimentación, administración y extracción de la información; lo cual ha traído como resultado la obtención de mejores insumos estadísticos más útiles para la investigación y el seguimiento de las quejas.

A nivel interinstitucional ha sido fundamental la colaboración del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), especialmente de la Dirección Regional Centro a cargo del sociólogo Pedro Díaz de la Vega García. La información ha sido procesada geoespacialmente en el sistema iris, la plataforma donde se ha desarrollado el ejercicio del que a continuación presentamos dos ejemplos.1

De acuerdo con las y los peticionarios que acudieron a la CDHDFdurante 2008, en las delegaciones Iztapalapa, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero y Xochimilco se registró la mayor incidencia de quejas presuntamente violatorias a derechos humanos. De manera frecuente, el lugar donde ocurrieron los hechos presuntamente violatorios de derechos humanos está ligado directamente al domicilio de las autoridades señaladas como responsables.


Es importante señalar que en Iztapalapa, en Gustavo A. Madero y Xochimilco se ubican los centros de reclusión capitalinos y que en la delegación Cuauhtémoc se localiza el mayor número de autoridades de competencia local. Con base en lo anterior, se deduce el por qué en Milpa Alta y en Cuajimalpa de Morelos se reportaron las incidencias más bajas de presuntas violaciones.


Menciones por autoridad

En cuanto a las menciones por autoridad, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) registró el mayor número de menciones en la delegación Cuauhtémoc, seguida por Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Álvaro Obregón. En los órganos de la PGJDF ubicados en esas cuatro demarcaciones se concentraron las quejas por deficiencias o irregularidades en la prestación de servicios relativos a la procuración de justicia.

La Secretaría de Gobierno registró en Iztapalapa y Gustavo A. Madero las incidencias más altas, seguidas por Xochimilco. Lo anterior obedece a las quejas delámbito penitenciario interpuestas contra la dependencia. Con excepción de Cuauhtémoc, en el resto de las demarcaciones se registró una baja incidencia. En cuanto a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Cuauhtémoc registró la incidencia más alta, seguida por Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza.

Para el caso de la Secretaría de Salud, las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Xochimilco y Venustiano Carranza registraron las incidencias más altas, por los servicios públicos de salud que reportaron Lugar donde ocurrieron los hechos en las quejas presuntamente violatorias mayores deficiencias. En el caso de Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Xochimilco, la problemática se relacionó directamente con deficiencias en el ámbito de la salud penitenciaria. Coyoacán y La Magdalena Contreras registraron las incidencias menores.

En cuanto a las quejas en contra de autoridades delegacionales, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Cuauhtémoc y Tlalpan, registraron el mayor número de menciones, lo que las ubicó como las demarcaciones con más deficiencias al momento de atender las necesidades de servicios públicos básicos, o bien, con menor capacidad de respuesta ante requerimientos de índole administrativa. Milpa Alta, Cuajimalpa, La Magdalena Contreras y Tláhuac, registraron las incidencias menores.


Derechos mayormente vulnerados

El derecho a la seguridad jurídica se ubicó como el más vulnerado en 2008, con 27.4% del total de menciones, lo que hace de la certeza legal la principal afectación en agravio de quienes habitan o transitan por el Distrito Federal. La delegación Cuauhtémoc registró la mayor incidencia de afectaciones, seguida de Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Xochimilco. Milpa Alta, Cuajimalpa, La Magdalena Contreras y Tláhuac, registran las incidencias más bajas.


Los derechos de las personas privadas de su libertad significaron 20.2% del total de menciones. Las demarcaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Xochimilco, que albergan los centros de readaptación social del Distrito Federal, registran los índices más altos.

Con excepción de Cuajimalpa de Morelos y La Magdalena Contreras, todas las demarcaciones reportan incidencias, lo que hace extensiva la vulneración del derecho a todos los lugares de detención, siendo o no centros de reclusión, entre ellos las coordinaciones territoriales o agencias del Ministerio Público y los juzgados cívicos. Es importante señalar que en una queja presuntamente violatoria a derechos humanos se puede calificar la afectación de uno o más derechos.

En ese caso, las afectaciones se relacionan fundamentalmente con el ámbito de procuración de justicia y en el mapa podemos observar que las instancias responsables de la materia, ubicadas en las demarcaciones Cuauhtémoc, Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza, son las que registraron omisiones y deficiencias de manera más recurrente. En contraste, Milpa Alta y Cuajimalpa registran las incidencias más bajas.

Las presuntas violaciones al derecho al debido proceso y las garantías judiciales acumuló 7.8% del total de menciones. Cuauhtémoc, Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Álvaro Obregón registraron el mayor número de vulneraciones al derecho que incide en el ámbito de la administración de justicia y refiere deficiencias por parte de autoridades ministeriales y judiciales. Milpa Alta y Cuajimalpa registran las incidencias más bajas.


El derecho a la libertad y a la seguridad personal registró 6.3% del total de menciones de derechos humanos vulnerados. Cuauhtémoc, Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza registraron las afectaciones más frecuentes al derecho, esencialmente ligado al quehacer de las instancias ministeriales y judiciales. Milpa Alta, Cuajimalpa y Tláhuac registran las incidencias más bajas.

Los derechos de la niñez significaron 3.9% del total de las menciones de derechos humanos vulnerados en 2008. En Cuauhtémoc, Iztapalapa, Gustavo A. Madero e Iztacalco se denunciaron con más frecuencia afectaciones a los derechos de niñas y niños. La Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Milpa Alta y Tláhuac registraron las incidencias más bajas.

La incidencia de afectación a los derechos de las mujeres desde la perspectiva de género significaron 1.2% del total de menciones. Destaca el caso de la demarcación Cuauhtémoc, donde el menoscabo a los derechos de la mujer por cuestiones de género, se reportaron con mayor frecuencia. En Cuajimalpa, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Azcapotzalco, se registraron las frecuencias más bajas.

En 2008, las menciones al derecho a la protección de las personas adultas mayores representaron 0.7%. En Cuauhtémoc, Iztapalapa y Gustavo A. Madero se registraron las incidencias mayores de afectación. Cuajimalpa y Xochimilco registraron las frecuencias más bajas.


Las menciones al derecho a la protección de las personas con discapacidad representaron 0.8% del total en 2008. El mayor número de afectaciones se registraron en Cuauhtémoc, Iztapalapa, Benito Juárez y Gustavo A. Madero. En La Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tláhuac y Tlalpan se registraron las frecuencias más bajas.

Las frecuencias más altas de afectación a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) se registraron en Cuauhtémoc, Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza. Son Milpa Alta, Cuajimalpa y La Magdalena Contreras las delegaciones que registran las incidencias más bajas para este grupo de derechos.

Nota al pie de página:

1 Para consultar el documento completo de los mapas de georeferenciación véase http://directorio.CDHDF.org.mx/pdf/georeferenciacion_2008.pdf, página consultada el 16 de octubre de 2009.


17 de noviembre de 2009

Nueva etapa en la CDHDF; mismo compromiso con los derechos humanos

Entrevista a Luis González Placencia*

Por: Elizabeth Palacios


El pasado 1 de octubre inició una nueva etapa en la historia de la CDHDF, y en la propia vida de Luis Armando González Placencia, pues fue designado presidente de esta institución. Nacido en la ciudad de México, hoy es un reconocido investigador; doctor en Ciencias Penales −muy pronto también doctor en Sociología del Derecho− y, sobre todo, defensor de los derechos humanos de las y los capitalinos. Durante la administración anterior se desempeñó como tercer visitador general de esta Comisión, lo que lo llevó a encabezar investigaciones tan complejas como la de la tragedia del New’s Divine.

Tras haber sido elegido por unanimidad en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, hoy encabeza a una institución comprometida con la defensa y promoción de los derechos humanos en esta ciudad. Desde ahí, desde la responsabilidad del ombudsman, Luis habla sereno, seguro y convencido de que esta lucha siempre valdrá la pena.




CDHDF: consolidación y profesionalización


Por más de 15 años Luis González Placencia ha llevado a cabo investigaciones académicas que han bordeado críticamente la política criminal y abarcan el ámbito de los derechos humanos, la política penitenciaria, la política de jóvenes en conflicto con la ley penal, las políticas de seguridad pública y la sociología de la jurisdicción.

Ha impartido al menos medio centenar de cursos entre asignaturas de posgrado, seminarios, especializaciones y diplomados, así como un importante número de conferencias y participaciones en foros locales, nacionales e internacionales, pero ¿qué pueden esperar las y los capitalinos de su gestión en la CDHDF? Él mismo lo explica:

"Tengo el gran privilegio de llegar a una Comisión que está muy consolidada como un referente tanto en el ámbito de los organismos públicos de derechos humanos, como en general de las instituciones de Estado. El papel que tiene la Comisión, la solidez institucional, el prestigio adquirido frente a la ciudadanía y el rol que ha jugado en la defensa de las prerrogativas fundamentales en la ciudad la coloca en un lugar alto; presidirla es un privilegio para mí porque me obliga a construir hacia arriba. En realidad hay poco que transformar, se trata más bien de consolidar lo que se ha logrado hasta ahora, aunque por supuesto sí hay que adecuarla a los cambios que se van a enfrentar en los próximos cuatro años".

Y es que, a juicio del nuevo presidente de la CDHDF, existen al interior de esta institución todavía muchasáreas de oportunidad para eficientar su trabajo, concretamente la posibilidad de reorientar la competencia de las visitadurías generales para equilibrar la carga laboral, para tener un enfoque de problemas más que un enfoque de casos y con eso consolidar la especialización en la atención a las y los peticionarios:

"Estoy pensando en tres grandes núcleos: uno es el de seguridad pública y sistema de justicia penal; otro es el de seguridad humana y derechos económicos, sociales, culturales y ambientales; y el otro es el de grupos en situación de riesgo, vulnerabilidad o discriminación. Dos visitadurías estarán ocupadas del primer núcleo, la Primera y la Segunda. La Tercera Visitaduría atenderá casos relacionados con la seguridad humana y los desca, mientras que la Cuarta se enfocará a poblaciones en situación de riesgo, vulnerabilidad o discriminación".

Estos cambios buscan orientar mejor la atención de las quejas, eficientar el trabajo de las y los visitadores a fin de que la institución pueda resolver más quejas en menos tiempo, con menos esfuerzo pero también con mayor contundencia. Pero existe otro elemento fundamental en la consolidación de la institucionalidad de la CDHDF y que para González Placencia es piedra angular: el Servicio Profesional en Derechos Humanos (SPDH):

"El Servicio Profesional es fundamental. Tengo plena convicción de que esa es la manera de generar personalidad aquí en la Comisión ya lo hemos hecho pero hay algunas áreas en las que hay que mejorar. Vamos a hacer un análisis muy detallado sobre los procedimientos actuales, los mecanismos de promoción, la formación de las y los visitadores, de los orientadores, en fin, de todos los que forman parte del SPDH. Estamos en una etapa de especialización y eso también atiende a los núcleos problemáticos que estoy planteando en visitadurías; estos tres núcleos pueden orientar la labor de toda la Comisión [...]

Estamos en condiciones de avanzar hacia una instancia que haga investigación aplicada, por la naturaleza de la ciudad en la que vivimos que es altamente compleja, por el número de quejas que recibimos, y que los datos que tiene esta Comisión sean para más que solamente para resolver quejas [...]

Hasta ahora lo hemos resuelto también a través de los informes especiales pero me parece que estamos en condiciones de profesionalizar también la elaboración de tales informes, de que haya una instancia que se dedique al análisis de los datos que se generan a través de las quejas y queéstos lleguen a las visitadurías para que tengan elementos mucho más claros para poder trabajar pero, sobre todo, que estos datos sean relevantes en la elaboración de política pública. La idea es que esta información sirva para generar transformaciones estructurales que nos ayuden a resolver los problemas relacionados con las violaciones a derechos humanos, incluso antes de que ocurran, una vez que se han identificado patrones y, en un nivel macro, cuáles son las causas de tales violaciones".

Justo ante la necesidad de incidir en el desarrollo e implementación de políticas públicas con enfoque de derechos humanos se realizó el Diagnóstico de Derechos Humanos del Distrito Federal y su consecuente Programa. La CDHDF está obligada a dar seguimiento a las líneas de acción de este último. ¿Cómo encabezará esta tarea el nuevo ombudsman? González Placencia responde:

"El compromiso de la Comisión, al igual que el de los demás entes que participaron en el Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal (PDHDF), es el de incorporar en sus respectivos Programas Operativos Anuales (POA) las líneas de trabajo del PDHDF. Esto significa que tanto la solicitud del presupuesto como lo que haremos en el próximo año tiene como eje rector lo estipulado en el PDHDF. Por otro lado, seguimos trabajando en el mecanismo de evaluación del propio programa; la Comisión tiene la Secretaría Técnica del PDHDF y queremos que dicho mecanismo nos ayude a saber si efectivamente lo que esta en el programa es lo que corresponde hacer, si las autoridades comprometidas para hacerlo, lo están haciendo y finalmente si lo están haciendo bien, si esta teniendo un resultado favorable o no".


La promoción y educación en derechos humanos: elemento clave

Luis González Placencia afirma que la reestructuración de las competencias de atención de casos en las visitadurías de la CDHDF no representa, de ninguna manera, un regreso al enfoque defensocéntrico, sino un avance hacia la consolidación de una comisión de derechos humanos más eficiente que no olvida que la ciudadanización de la defensa y promoción de las prerrogativas fundamentales de las y los capitalinos es medular para la construcción de una democracia sólida en la ciudad de México. Justo por ello, González Placencia encabezará un trabajo muy cercano con las organizaciones de la sociedad civil (OSC), con el programa de promotores(as) ciudadanos(as) y con los proyectos educativos de la CDHDF:

"La propuesta es tener un trabajo muy cercano, muy sólido con las OSC para que encuentren en la Comisión un espacio para formar ciudadanas y ciudadanos. De manera conjunta, tanto la CDHDF como la sociedad civil tenemos capacidades para generar en la ciudadanía conciencia plena sobre sus derechos, sobre cómo defenderlos, cómo vivirlos y cómo ejercerlos. La defensa ocupa un lugar importante dentro de la Comisión porque ahí es a donde llegan las personas que vienen a solicitarnos pero el trabajo no termina ahí [...]

El centro de gravedad hay que desplazarlo hacia la promoción y la educación con esta mirada preventiva. Si logramos generar condiciones en las que se vaya construyendo una cultura de respeto a los derechos humanos seguramente tendremos menos violaciones, por eso vamos a seguir adelante con el Programa de Capacitación a Funcionarias y Funcionarios Públicos del Distrito Federal–revisando los métodos que hasta ahora se han utilizado–, con el trabajo con la sociedad civil para que haya colectivos más conscientes del tema de los derechos de manera que puedan ellos y ellas también ayudar tanto a identificar violaciones como a tratar de evitarlas".

Al interior de la CDHDF uno de los programas más exitosos en materia educativa es el de Promoción Ciudadana de los Derechos Humanos. Luis González Placencia lo sabe y tiene pensado eficientarlo, utilizando para ello herramientas tecnológicas y metodológicas como los mapas de georeferenciación, un instrumento que puede dar una idea más clara a la institución de los puntos de la ciudad donde se necesita más la presencia de la Comisión, el tipo de violaciones que ocurren y las autoridades que las cometen:

"Ese sistema nos va a dar información territorializada sobre en qué lugares ocurren mayor número de violaciones, entonces podremos dirigir el programa de promotoras y promotores con más recursos a esas zonas, con miras a construir una cultura de derechos que evite las violaciones; pero también podremos acercarnos más para escuchar las quejas, para que la ciudadanía tenga la confianza de presentarnos sus casos".


Las lecciones del caso New’s Divine

La lamentable experiencia del caso New’s Divine representó una oportunidad de aprendizaje en distintos niveles. Para el nuevo ombudsman capitalino, esta tragedia permitió a la Comisión y a la ciudadanía entender que hay acciones del gobierno de la ciudad que no se justifican, que no debieron haber ocurrido pues la consecuencia fue la muerte de 12 personas:

"Esta es una experiencia de la que debemos aprender todos, tanto el gobierno de la ciudad, como las y los ciudadanos y, por supuesto, la Comisión. Hay un importante nivel de aprendizaje en el trato con las victimas, el papel que jugaron las personas agraviadas fue fundamental para recabar información, para tener este mecanismo de retroalimentación que resultó clave en la investigación de los hechos. El acompañamiento del duelo de la comunidad, el trabajo codo a codo con la gente de la zona con quienes vivieron la tragedia fue fundamental y eso, en términos de aprendizaje también es importante porque te señala con claridad la importancia del acompañamiento que debemos hacer con las víctimas [...]

En el plano interno, la investigación se realizó en quince días… en realidad en menos, fue una semana de investigación más la semana que nos tomó preparar el informe, incluida la edición. Esto fue una experiencia interesante porque estábamos probando el nuevo modelo de investigación, un modelo que generara convicción, que a través de un análisis riguroso de evidencia y de un proceso de argumentación sólido nos permitiera decir incontrovertiblemente“aquí ocurrieron violaciones a derechos humanos”. Con este caso tuvimos la oportunidad de probarlo plenamente. Ya no se trata de esperar a que nos llegue la evidencia, sino de lanzarnos a buscarla, de obtener las pruebas y construir los argumentos necesarios para lograr un informe especial y una Recomendación difícil de cuestionar con argumentos políticos o de otra naturaleza [...]

Lo que logramos demostrar es que hay un nivel estructural en la autonomía que se consigue con argumentación sólida y con un procedimiento de investigación riguroso".


El consejo de la CDHDF: autoridad moral

Antes de concluir, Luis González Placencia hizo énfasis en el papel que tiene el Consejo en la CDHDF: consolida la autoridad moral del ombudsman, tanto por el prestigio personal de cada uno de sus integrantes como por lo que ha logrado como colectivo en los últimos años González Placencia está convencido de que la autoridad moral no está particularizada en quien preside la Comisión; en todo caso él es el rostro de la institución pero el Consejo forma parte de este núcleo de autoridad que legitima las acciones del ombudsman, que, a su vez, es un equipo de profesionales al servicio de la ciudadanía en aras de la consolidación de una cultura de protección, defensa y promoción de los derechos humanos, algo fundamental en la consolidación de una ciudad democrática.


* Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).