5 de enero de 2012

Revista dfensor enero 2012 “Hacia la dignificación del trabajo del hogar”

EDITORIAL

Hacia la dignificación del trabajo del hogar



Fotografía: cortesía CACEH, A. C.

En medio de la vorágine de la economía global, en la que estados y empresas privadas en conjunto privilegian un sistema deshumanizado e inequitativo de producción y consumo, el mercado laboral atraviesa hoy por un contexto complejo de discriminación caracterizado por la explotación, la pobreza, la desigualdad, los prejuicios y la informalidad, factores que vulneran a hombres y mujeres el ejercicio pleno de sus derechos humanos laborales.

Dentro de esta problemática está inserto el trabajo del hogar, el cual, a pesar de tener uno de los más elevados déficits de reconocimiento como empleo digno, se ha convertido en una de las principales opciones de trabajo en América Latina para las mujeres que son pobres, migrantes e indígenas, ya que de acuerdo con registros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), por lo menos 14 millones de mujeres realizan esta actividad a cambio de una remuneración, esto sin contar a aquellas de las que no se tiene registro y que laboran por hora o por día en condiciones migratorias irregulares, ni a las y los niños que también realizan trabajo doméstico.

Desde esta perspectiva, la situación en México no podía ser menos compleja, y así lo demuestran los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (ENADIS) 2010, los cuales refieren que 91.6% de las personas trabajadoras del hogar de nuestro país no cuenta con un contrato laboral.

Esta grave vulneración, derivada tanto del incumplimiento como de las restricciones en las normas de protección a sus derechos humanos laborales y a la falta de medios para hacerlos valer, convierte a estas personas en un sector sin reconocimiento económico y social, perpetuando condiciones de trabajo degradantes que van desde extensas jornadas de trabajo hasta bajos sueldos y escasa o nula cobertura de seguridad social, contraviniendo los criterios generales establecidos en el artículo 123 de la Constitución mexicana y las obligaciones internacionales contraídas por el Estado.

Ante esta inaceptable situación, desde la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) reiteramos el llamado a los actores políticos y sociales para que den cabal cumplimiento a las acciones del Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal, que están encaminadas a proteger los derechos laborales y de seguridad social de las personas trabajadoras del hogar mediante la realización de reformas al capítulo xiii de la Ley Federal del Trabajo y a un mayor fortalecimiento a la labor de protección legal por parte de la Procuraduría de la Defensa del Trabajo.

Como organismo defensor también exhortamos al Estado mexicano para que sin demora ratifique el Convenio 189 sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos, que es la primera norma laboral internacional vinculante y específica a favor de mejorar las condiciones de vida y de prevenir y sancionar las violaciones a los derechos humanos laborales de las y los trabajadores del hogar en el mundo, la cual fue aprobada en junio de este año en el seno de la OIT.

Es preciso decir que estos esfuerzos serán insuficientes si como sociedad no logramos erradicar las actitudes discriminatorias hacia este sector laboral, si no reconocemos el invaluable aporte que brinda su trabajo a nuestros hogares y al propio desarrollo de la economía. Recordemos que un verdadero Estado que garantiza los derechos humanos no permite que existan trabajadores de segunda categoría.


OPINIÓN Y DEBATE


¿Qué implica para México la ratificación del Convenio 189 de la OIT sobre los derechos de las personas trabajadoras del hogar?

Por: José A. Guevara B.



Fotografía: cortesía CACEH, A. C.

De acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el total de la población empleada en México es de 43 809 329 personas, de las cuales profesionalmente se desempeñan como trabajadores o trabajadoras del hogar 2 019 310 (que representan 4.6% del total de la población empleada). De ellos, 1 824 028 son mujeres (aproximadamente 90% del total), mientras que 195 212 son hombres (9.6%). Del total de las trabajadoras del hogar, 147 027 tienen entre 14 y 19 años de edad (representando 7.3%). La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010 (ENADIS) identificó que las personas trabajadoras del hogar de planta (residentes en el hogar en el que trabajan) representan 11.8% del total, mientras que la modalidad de entrada por salida (trabajadora que reside en otro domicilio) representó 88.2 por ciento.

El trabajo doméstico en México

Por: Marcelina Bautista.


Fotografía: cortesía CACEH, A. C.

Durante el proceso de globalización se presentan cambios que impulsan un sistema de producción y consumo cada vez más integrado a nivel internacional, lo cual posibilita la concentración de los recursos y de beneficios en unas cuantas grandes empresas trasnacionales. Es una globalización que va excluyendo a amplios sectores sociales. La población más afectada sin duda es la campesina, porque en el proceso de globalización no puede insertarse en el mercado ni como productores ni como consumidores ni como trabajadores.

Este sector enfrenta serios problemas a nivel general. La alternativa de trabajo asalariado es muy limitada para los jóvenes del campo. Frente a las escasas opciones de que disponen en sus lugares de origen, para miles o cientos de miles de jóvenes la única vía es la emigración hacia los grandes centros urbanos o hacia Estados Unidos, arriesgando su vida debido a la creciente persecución de que son objeto; sin embargo, toman esta vía como estrategia de sobrevivencia.

Seguir leyendo. pp 14


Mujeres indígenas trabajadoras del hogar

Por: Lorenza Gutiérrez Gómez.


Comunidad de origen, identidad y migración


Fotografía: cortesía CACEH, A. C.

Cuando somos niñas y vivimos en nuestra comunidad con nuestras familias no vemos ninguna diferencia. Todos nos conocemos y nos saludamos al vernos, hablamos la misma lengua, trabajamos en el mismo campo, disfrutamos de la misma comida y participamos en las mismas fiestas. Allá todos somos iguales.

En nuestra comunidad aprendemos a saludarnos con respeto, vivimos la importancia de ayudarnos los unos a los otros, disfrutamos todos los días de la Madre Tierra y le damos las gracias por lo que nos da. Y todo esto lo aprendemos día con día, con el ejemplo de nuestros padres, viendo cómo lo hacen. Desde pequeñas, sentadas en la cocina, participando en la preparación de alimentos, acompañando a nuestros padres al campo, ayudando en la siembra, escuchando las conversaciones de los adultos, disfrutando de los preparativos de las fiestas. Ésa es nuestra escuela.

Seguir leyendo. pp 19



Repercusiones de la discriminación hacia las trabajadoras del hogar. Análisis cualitativo de la Enadis 2010

Por: Angélica González y Edwing Solano.



Fotografía: Edgar Sáenz Lara/CDHDF.

En un país donde la discriminación hacia ciertos grupos sociales es invisible por ser percibida como normal, destaca por su representatividad el caso de las trabajadoras del hogar. Existe una combinación de condiciones que interactúan para generar desigualdad y segregación hacia ellas: ser mujeres, migrantes, indígenas y pobres. Sin embargo, a pesar de representar a un grupo en situación de discriminación, las trabajadoras del hogar no son consideradas como tal por la población en general. Exploremos brevemente las razones.

En principio, el trabajo del hogar no se reconoce como trabajo formal sino como un apoyo, debido a que se realiza en casa y no en oficinas o empresas. En segundo lugar, porque es realizado en su mayoría por mujeres, y arquetípicamente las labores en el hogar son propias de la mujer; lo tercero es una consecuencia, ya que el valor de su trabajo no es reconocido económica ni socialmente. Por último, dos asunciones que se relacionan y tienen su base en estigmas y estereotipos: la sociedad asume que ellas no tienen derechos –por lo que muchas veces reciben malos tratos–, causando que ellas a su vez no se asuman como sujetos de derechos.

Seguir leyendo. pp 24

ACCIONES

Realiza CDHDF y OSC la 10ª Feria de los derechos humanos



Fotografía: Ernesto Gómez/CDHDF.

En la construcción de la cultura de derechos humanos en la ciudad de México aún hay pendientes en materia de acciones de gobierno, pero también para la apropiación de las personas sobre sus propios derechos, afirmó el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis González Placencia, durante la inauguración de la 10ª Feria de los derechos humanos, Una ciudad sin impunidad, realizada el 4 de diciembre en el Zócalo capitalino.



Pronunciamiento de la CDHDF con motivo del Día internacional de las personas con discapacidad

La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) en el marco del Día internacional de las personas con discapacidad, conmemorado el 3 de diciembre, celebra los avances logrados este año en el ejercicio y goce de los derechos de este sector de la población, pues muestran que el Estado mexicano comienza a cumplir las obligaciones que contrajo al ratificar la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, en diciembre de 2007.

Cabe destacar que en febrero de 2011 se realizó la conformación del Mecanismo de mecanismos para la promoción, protección y supervisión de la aplicación de la Convención en México. En abril el Estado mexicano presentó su Informe inicial en torno a la aplicación de la Convención al Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad; donde puntualizó los desafíos que el país aún tiene y propuso acciones para hacerles frente. Ese trabajo se complementó con un informe alternativo elaborado por organizaciones de la sociedad civil (OSC). Estos esfuerzos permitirán al Comité formular recomendaciones para la adecuada implementación de la Convención en nuestro país.



REFERENCIAS


La experiencia de Conlactraho como organización internacional de trabajadores y trabajadoras domésticas

Por: Mary Rosaria Goldsmith Connelly.



Fotografía: cortesía CACEH, A. C.

La Conlactraho (Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar), creada en 1988 por las representantes de grupos de trabajadoras del hogar remuneradas de 11 países latinoamericanos, es la primera organización regional de trabajadoras del hogar a nivel mundial. Aglutina principalmente asociaciones y sindicatos y en menor grado, federaciones nacionales […]

Fue fundada con los fines de visibilizar y valorar el trabajo del hogar remunerado y quienes lo realizan; fomentar la creación de sindicatos de trabajadoras del hogar en países donde no existían tales; promover sus reivindicaciones, llevando éstas a organismos internacionales; capacitar a las trabajadoras del hogar; facilitar el intercambio de experiencias entre ellas y apoyar la participación de sus dirigentas en espacios vinculados a las y los trabajadores; combatir la discriminación de clase, raza, etnia, edad y género.



Convenio de la OIT sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos



Fotografía: Maru Lucero/CDHDF.

Consciente del compromiso de la Organización Internacional del Trabajo [OIT] de promover el trabajo decente para todos mediante el logro de las metas establecidas en la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y en la Declaración de la OIT sobre la justicia social para una globalización equitativa;

Reconociendo la contribución significativa de los trabajadores domésticos a la economía mundial, que incluye el aumento de las posibilidades de empleo remunerado para las trabajadoras y los trabajadores con responsabilidades familiares, el incremento de la capacidad de cuidado de las personas de edad avanzada, los niños y las personas con discapacidad, y un aporte sustancial a las transferencias de ingreso en cada país y entre países;


Alimentación y agua, ingredientes de dignidad

Por: Javier Hernández Valencia.

Fotografía: Joaquín J. Abdiel/CDHDF.

Pareciera que, después de todo, ni cada infante traía su pan bajo el brazo, ni las cosas pintaban tan fácil como quitarle el dulce al niño. Las inapelables cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social revelan un México que navega por el siglo XXI con 28 millones de personas viviendo en “inseguridad alimentaria”, es decir casi cinco millones más que 2008; y 11.6% de la población que cuenta con una vivienda carece de agua entubada, lo cual supone que casi 13 millones de personas obtienen el vital líquido de un pozo, río, lago, arroyo, pipa, por acarreo de otra vivienda o de la llave pública o hidrante.






El derecho a la salud de las personas privadas de la libertad en los centros de reclusión del Distrito Federal: principales hallazgos del Informe especial de la CDHDF

Fotografía: Archivo CDHDF.

La satisfacción del derecho a la salud de las más de 40 mil personas privadas de la libertad en los 10 centros de reclusión del Distrito Federal1 constituye un tema prioritario para la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) en función del elevado número de quejas que este organismo recibe anualmente sobre dicha materia.

Tan sólo entre los años 2003 y 2004, las quejas se incrementaron de 447 a 700.2 Por otra parte, durante 2009 se registraron 862 quejas, mientras que en 2010 se atendió un total de 958. Debe resaltarse adicionalmente que, del total de recomendaciones emitidas por la CDHDF desde 1993 y hasta abril de 2011, 22 se relacionan con violaciones al derecho a la salud de las personas privadas de la libertad.